Hay canciones con vida propia, canciones que se van transformando con el paso del tiempo y que van adaptandose a cada rincón de nuestros cerebros, hasta llegar a formar parte de nuestra propia banda sonora, aquella que armoniza nuestros pensamientos y nos acompaña a todos lados. La moldeamos a cada momento en función del ritmo al que late nuestro corazón... y ella se deja y se deja, porque eso la enriquece y la hace todavía más hermosa. Perdonen la melancolia pero es que la música y estas canciones son la banda sonora de mis emociones.