Marcelo Gantman
jueves, 7 de abril de 2011
Barza
Podría dar mi opinión sobre el triunfo del Barcelona contra el Shathtar Donetsk 5 a 1 en el partido de ida en los cuartos de final de la Champions League 2011. Ser uno de tantos. Prefiero abordar el partido desde una idea que presumo original y que no es descabellada: Barcelona busca evangelizar. Barcelona no es un equipo más. No lo es por juego ni tampoco por identidad. Tiene un estilo ofensivo que es superior y ganador. El plantel que dirige Guardiola elige un juego vistoso que queda consolidado porque además vences. El Arsenal también juega bien y lindo. Pero sus fanáticos, entre los que suelo estar en ocasiones, tienen (tenemos) que salir a defenderlo. El Barca se defiende solo y no precisa de la asistencia dialéctica. Piensa bien los partidos, los juega mejor y los gana con autoridad. Todos hacen todo y lo hacen maravilloso. Iniesta ofrece pases perfectos y hace goles. Dani Alves es uno de los defensores más agresivos que yo pueda recordar y también pasa la pelota lustrada y gentil para el quinto gol. Messi en la cancha es toda locura que contrasta con su gesto medido fuera de la cancha. Mascherano dejo de correr por el centro de la cancha para ser un engranaje solidario. Por fin lo valoran. Opinar sobre un partido del Barcelona me parece ya un gesto automático. El Barca de Guardiola tiene una misión muy superior a lo que cabe en 90 minutos de un nuevo triunfo. Su papel es evangelizador. Barcelona está para recordarnos que el fútbol es un deporte que se juega de muchas maneras y que el brillo encandila. Pero se hace sólido cuando juega y gana. Barcelona es notable porque elige la forma de la belleza para vencer. Es su camino y lo hace como nadie. Y como pocos en la historia.