Hace un tiempo en internet me encontre con la muesta de Fotografia de Gustavo Germano. Una Idea edificada sobre un concepto bello y simple. Limpio. Sin artilugios, ni intencionalidades efectistas. Contundente en su perfecta sencillez. El autor propone entrentarse al dolor a través del Intangible. Sin artificios. Queria ubicar fotograficamente a quien ya no está: la ventaja del arte corno canal de cambio, de comunicación, de convencimiento, de emoción, de rebeldía, de militancia para con el recuerdo. Ausencias. Esta exposición conmueve, remueve, provoca, hiere en lo profundo, sintoniza con el público en una frecuencia universal. Emociona. Ese es su acierto.
Este es el prologo del libro
La desaparición forzada de personas, que debían esfumarse en la nada, fue el método elegido por la dictadura argentina de 1976-1983. Según varios de sus jefes, así buscaron evitar la condena de la Santa Sede, con la aprobación sigilosa de la jerarquía argentina. Pero a cambio consiguieron que aquel pasado atroz llegara a ser un insomne presente perpetuo, como la maldición que Neruda pensó para Franco.
Más que los juicios penales, las investigaciones periodísticas o los ensayos filosóficos el arte da cuenta del vado lacerante que la ausencia inexplicable provoca. Como las esculturas de Juan Carlos Distéfáno o los poemas de Juan Gelman, los cuadros de Carlos Alonso o los del español Ramos Gucemas, las fotografías de Gustavo Germano y los puntos que en cada leyenda reemplazan al nombre ausente evocan ese trauma fundador de la identidad argentina contemporánea y nos introducen al misterio del tiempo con la muda violencia de un gesto congelado.
Este es el prologo del libro
La desaparición forzada de personas, que debían esfumarse en la nada, fue el método elegido por la dictadura argentina de 1976-1983. Según varios de sus jefes, así buscaron evitar la condena de la Santa Sede, con la aprobación sigilosa de la jerarquía argentina. Pero a cambio consiguieron que aquel pasado atroz llegara a ser un insomne presente perpetuo, como la maldición que Neruda pensó para Franco.
Más que los juicios penales, las investigaciones periodísticas o los ensayos filosóficos el arte da cuenta del vado lacerante que la ausencia inexplicable provoca. Como las esculturas de Juan Carlos Distéfáno o los poemas de Juan Gelman, los cuadros de Carlos Alonso o los del español Ramos Gucemas, las fotografías de Gustavo Germano y los puntos que en cada leyenda reemplazan al nombre ausente evocan ese trauma fundador de la identidad argentina contemporánea y nos introducen al misterio del tiempo con la muda violencia de un gesto congelado.
Horacio Verbitsky
escritor y periodista argentino
escritor y periodista argentino