A veces imagino que las parejas son como líneas de subte. No como las de baires, que apenas se cruzan. Sino como las de Moscu Londres o París, que suelen tener independencia y correspondencia según el momento del trayecto. Las parejas suelen tener esos momentos del viaje: algunas siguen un buen tiempo con sus integrantes que van en paralelo y cada tanto se cruzan como lo hacen los subtes cuando cambian de línea.
A diferencia de nuestros subtes, los parisinos y los londinenses tienen cruces de ramales en más de una ocasión en el trayecto. Una línea, en diferentes estaciones, puede con otra durante todo el recorrido. Cuánto mas se alejan del centro de la ciudad (del corazón) los cruces son más aislados e infrecuentes. También los cruces con otras líneas pueden ser elecciones para bajarse del viaje, cambiar de dirección. O simplemente parar un rato y volver a tomar al mismo camino.
Siempre los subtes más lindos son los que empiezan y terminan en el mismo lugar.
A diferencia de nuestros subtes, los parisinos y los londinenses tienen cruces de ramales en más de una ocasión en el trayecto. Una línea, en diferentes estaciones, puede con otra durante todo el recorrido. Cuánto mas se alejan del centro de la ciudad (del corazón) los cruces son más aislados e infrecuentes. También los cruces con otras líneas pueden ser elecciones para bajarse del viaje, cambiar de dirección. O simplemente parar un rato y volver a tomar al mismo camino.
Siempre los subtes más lindos son los que empiezan y terminan en el mismo lugar.
Marcelo Gatman